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Acerca del autor
Hola, soy Bill Morell, soy uruguayo y nací en Montevideo, hace ya algún tiempo... Pasé toda mi infancia dividida entre la ciudad y el campo, durante el año en la ciudad donde estudiaba (¡bah!! hacía que estudiaba) y donde hice la mayoría de mis amigos. Y en las vacaciones (cuando no me llevaba ninguna materia...) en un campo cercano a las Sierras de las Ánimas, donde la pasada genial junto a mis hermanos y primos. ¡Ah, me olvidaba, tengo nueve hermanos!
Cursé toda la primaria, la secundaria y preparatoria, en el mismo colegio. Era grande y lleno de chicos, dirigida por curitas irlandeses. Nunca fui un buen estudiante... Vivía distraído imaginando aventuras increíbles, que sucedía en lugares lejanos del espacio, luchando contra criaturas aterradoras, con armas y poderes alucinantes, y claro..., los profesores se la pasaban llamándome la atención y regañándome. En esa época me conocí de memoria el camino a la dirección. A pesar de eso tengo los mejores recuerdos de mi colegio, y guardo en mi corazón mucho cariño por aquellos veteranos gruñones (al menos para mí lo eran), que hoy comprendo, sólo trataban de prepararme para enfrentar el mundo de los adultos, de la mejor manera posible.
A pesar de que sufrí de asma toda mi infancia, me gustaba jugar a todos los deportes posibles. Así practiqué fútbol, rugby, tenis, sky, natación, patín y Tae Kwon Do. En algunos pude destacarme, en otros, no... Las artes marciales me ayudaron a controlar mi carácter, ya que de chico era un poco calentón y me había ganado, con mucho mérito, el sobrenombre de “calderita de lata” por parte de mis hermanos.
Luego entré a la facultad de arquitectura, y comencé a hacer mis primeras armas en el mercado laboral. Conocí a mi primer novia, que fue la única y después se convirtió en mi esposa y con quién comparto hasta el día de hoy la alegría de vivir y enfrentar la vida juntos (hasta el día de hoy es un misterio para mi, el que ella me siga aguantando) Con esta magnífica mujer tuve cuatro hijos maravillosos que son la luz de nuestra vida. Una niña y tres varones.
Trabajé de lo que se imaginen, primero tuve una empresa dedicada a la vestimenta, donde hacía de todo: cortar la tela, colocar botones, manejar todo tipo de máquinas e incluso vender... No nos fue bien, y hasta el día de hoy sigo usando ropa que nos sobraron de aquella experiencia. Luego puse mi propia empresa constructora y yo mismo proyectaba y construía las casas. También fui gerente de una Hostería familiar, donde tuve que realizar todo tipo de tareas: gerente, administrador, recepcionista, mozo, lavaplatos y arreglatuti. Tuve un locutorio e incluso trabajé en un Casino como supervisor de mesa...
Soy un poco nómada: ya nos hemos mudado tantas veces que no las recuerdo: vivimos en apartamentos, en casas, en el campo, en la Hostería... Me gusta estar en familia, jugar con mis hijos, la vida al aire libre y los deportes, la música y el chocolate..., ¡me gusta mucho el chocolate! También me gusta el mar, barrenar sus olas salvajes y explorar sus profundidades.
Durante la crisis que sufrió el país en el año 2000, la construcción se paró completamente y me quedé sin trabajo por lo que tuve que cerrar mi empresa. Con tanto tiempo libre, me dediqué a buscar a que otra cosa me podía dedicar según mis aptitudes.
Lo que nunca se me había ocurrido era escribir, y claro, cómo se me iba a ocurrir si siempre había sido el peor en Idioma Español..., pero era un buen cuentista y me encantaba contarle cuentos a los chicos para hacerlos dormir. Es cierto que nunca logré que se durmieran con mis cuentos sinó por el contrario, quedaban aterrorizados o entusiasmados con lo que habían escuchado, y con miles de preguntas. Una noche frente a la computadora, se me ocurrió pasar por escrito la historia que les había inventado unos momentos antes. Comencé a escribir y ya nunca más me pude detener. Mi primer libro, “Los Andaluins y los siete portales” surgió casi por arte de magia, de esa fantástica magia que es la imaginación. Para los otros libros que escribí, hubo más planificación, más dirección y más investigación. Ese primer libro se lo di a leer, antes que a nadie a mi madre, esos maravillosos seres desbordantes de amor y cariño, que nos apoyan siempre e incondicionalmente, que están en todo momento para lo que necesitemos y nos reciben con los brazos abiertos. Su reacción al leerlo, sacándole la cuota parte de subjetividad filial, me hizo pensar que podía atreverme a recorrer la incierta aventura de editarlo. Antes, para salir de dudas, se lo di a una de mis hermanas para que me diera su opinión, y sus comentarios me animaron a seguir adelante. Se lo llevé a un par de editoriales y para mi sorpresa, a los pocos días ya me estaban llamando de una de ellas. El libro se editó ese mismo año. Luego vinieron dos más de la misma saga: “Rescate en Decadunol” y “Viaje al centro del sol”, convirtiéndome en el primer escritor uruguayo en escribir una saga (o al menos eso me dijeron) También se editó una agenda-bestiario que contiene y amplía información de los personajes más destacados.
Dos años después de la aparición del primer Andaluin, se comenzaron a editar mis aventuras en Argentina y a venderse en otros países de Sudamérica.
El el 2006 se editó el 4to libro de la saga: La sangre del Elegido y ese mismo año la revista Charoná publicó algunas historias de los protagonistas en formato de comic.
En el 2009 se edita mi último libro de cuentos de terror: "La hostería del terror" Ese mismo año se editó el quinto libro de la saga: "Los Talismanes sagrados" que fué galardonado con el Premio Bartolomé Hidalgo como mejor libro de literatura infantil.
Hasta aquí una historia que promete seguir escribiéndose...
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